Realidad y simulacro.
Organice usted un falso hold–up. Asegúrese de que sus armas sean totalmente inofensivas y utilice un rehén cómplice a fin de que ninguna vida sea puesta en peligro (pues de lo contrario acabará en la cárcel). Exija un rescate y procure que la operación alcance la mayor resonancia. En suma, intente que el asunto resulte «verdadero» para poder poner a prueba la reacción del sistema ante un simulacro perfecto. No va usted a lograrlo: su red de signos artificiales se liará inextrincablemente con elementos reales (un policía disparará de verdad; un cliente del banco se desvanecerá y morirá de un ataque cardíaco; puede que incluso le paguen el rescate). (Baudrillard, J. Cultura y simulacro ) Sacada de este fragmento del texto de Baudrillard parece una noticia del día 25 de diciembre del corriente año, en el diario Página 12 (Argentina). Bajo el título “El suicidio más raro del mundo” [1] , se nos informa sobre el caso de ...