Entender la globalización (pt. 1)

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Imagen extraída desde https://capitalibre.com/2015/06/globalizacion.

Introducción.

"Globalización", ese término que tanto se ha empleado en la contemporaneidad en el territorio político y académico. Lo "global" parecería, hoy, estar más presente que nunca. Esa idea de que las barreras del espacio y del tiempo siempre existentes se han (casi) eliminado, por cierto muy acertada, es consecuencia de la inter-conectividad a la que esta sometida el mundo actual en varios aspectos: económicos, políticos, sociales y culturales.
Enviamos mensajes a un pariente, amigo o conocido que viva en otra región lejos de la propia en tan solo un instante; observamos el vídeo que un extranjero subió al internet en tan solo un click; nos desplazamos largas distancias en el plazo de unas horas con tan solo viajar en un avión... Pero, ¿qué es realmente la "globalización"?, ¿cuándo surgió?, ¿implica algo más que únicamente el hecho de la "inter-conectividad"?, ¿acaso es completamente benéfica para las poblaciones de al rededor del mundo?
La redacción del presente texto tiene como propósito presentar una noción general con respecto al concepto de globalización, ya que el mismo suscita, aún en la actualidad (y como se verá posteriormente), algún que otro desacuerdo en su concepción y más que nada en su impacto a diversas sociedades -desarrolladas y "en vías de desarrollo"-. Intentando responder las preguntas planteadas en el párrafo anterior, abordaremos distintas fuentes de diferentes autores que se han encargado de estudiar el tema para realizar una puesta en común, abriéndonos a su vez las puertas hacia otros asuntos más intrincados que nos ofrece la temática central en cuestión.
El tema en sí es arduo complejo, ya que comprende un proceso multidimensional, razón por la cual no se ahondara demasiado en cada punto particular de manera que no resulte tediosa la lectura del texto.


 I. ¿Qué es la "globalización"?

Más allá de lo malo o lo bueno que diferentes grupos esparcidos por el globo le atribuyan a este fenómeno, definir la globalización trasciende de la subjetividad de cada grupo, y para entenderla debemos, primero, abordarla de manera objetiva. 
Roberto Russel [1] dice al respecto: 

“[…] la globalización entendida como proceso […] puede definirse como el conjunto de fuerzas que contribuyen a la unificación del mundo. Dicho de otro modo, a la formación tanto de un sistema como de una sociedad global.”  (Negritas mías). [2] 

Otra definición del término muy interesante es la que realiza Guttal Shalmali:

“El término 'globalización' se utiliza para describir una variedad de cambios económicos, culturales, sociales y políticos que han dado forma al mundo en los últimos 50 años, desde la muy celebrada revolución de la tecnología de la información a la disminución de las fronteras nacionales y geo-políticas en la cada vez mayor circulación transnacional de bienes, servicios y capitales. La creciente homogeneización de los gustos de los consumidores, la consolidación y expansión del poder corporativo, el fuerte aumento de la riqueza y la pobreza, la “Macdonaldización” de los alimentos y la cultura, y la creciente ubicuidad de las ideas democráticas liberales, de una u otra manera, se atribuyen a la globalización.” (Negritas mías). [3]

Si contrastamos ambas definiciones, entonces, hablamos de globalización como un proceso de unificación del mundo de carácter multidimensional, ya que produjo cambios a niveles económicos, culturales, sociales, políticos gracias a la evolución de tecnologías de la información.
La globalización es un fenómeno que, además, generó una interconexión de magnitudes increíbles entre los distintos espacios del mundo, diluyendo barreras tales como el espacio y el tiempo, atravesandolas en cuestión de minutos (e incluso segundos) y facilitando una amplia variedad de tareas relacionadas a la comunicación y, también, al transporte - pero sobre todo a la comunicación -.
Este proceso no se explica por sí solo. Como todo proceso, debe tener un "inicio", un origen del cuál partió que explique su desarrollo, sus implicancias y sus características más esenciales. Y al tratarse de un proceso sumamente naturalizado para quienes habitamos esta época (y sobre todo para aquellos nacidos a finales del siglo XX o principios del siglo XXI) resulta a veces incomprensible o difícil de identificar cuándo fue que comenzaron aquellas transformaciones que explican a la globalización de hoy con todas sus consecuencias y problemáticas. Por eso cabe preguntarse, ¿cuándo y cómo surge la globalización?, o ¿por qué se dio? En el próximo apartado realizaremos un breve recorrido por los posibles origenes del fenómeno.


 II. ¿Cuándo surge la globalización?


Situar el origen o el momento causal de la globalización es complicado por el hecho de que la misma es (como hemos dicho) un proceso multidimensional. Y es aquí donde surge un problema para la determinación de su origen, es decir, ¿surgió por una causa social, tecnológica, política, cultural o económica?

En lo que a mí pensar respecta, si se pretende entender el proceso de globalización y lo que en la actualidad implica, es indispensable ubicar sus raíces en cuestiones económicas y tecnológicas, ocurriendo estas en dos momentos sumamente relevantes.

 II. I. Raíces de la globalización contemporánea.

En su ensayo "La globalización: situación y proceso" Roberto Russel explica que, si entendemos a la globalización como “la necesidad de la gente de extender el alcance de sus propios órdenes sociales para incrementar los bienes, servicios e ideas obtenibles para su bienestar", tal como propuso James Rosenau – politólogo estadounidense –, podríamos caer en una situación absurda en la cual lleguemos a pensar que la globalización existe, entonces, desde el comienzo del hombre[4].  Y es que entender eso que hoy llamamos “globalización” con todas sus implicancias, no es posible adoptando esta concepción.
Para entender nuestra actual "globalización" podríamos iniciar por dos etapas: La primera más distante y primitiva a principios del siglo XX y, la segunda, más reciente, a mediados de los años 70’ (del siglo pasado). Digo al comienzo del siglo XX porque durante este período, en los países más industrializados y hegemónicos de aquel entonces (Gran Bretaña, Francia, Alemania y con Estados Unidos floreciendo) comenzaban a experimentarse avances tecnológicos (el petróleo y su industria junto con la electricidad) que daban pie a la Segunda Revolución Industrial, y con ello los acelerados pasos en la “mundialización” de la economía capitalista, el mercado mundial y la cada vez más acelerada liberalización de los principales Estados capitalistas (Francisco Fuentes, La Parra López; 2001; p.10-14). Es el caso de la empresa Ford – con su conocido modelo fordista – que ya para el año 1904 comenzaba con la transnacionalización de la producción, teniendo su principal fábrica en Detroit (E.E.U.U.) y realizando el ensamblaje de los autos en Canadá[5], extendiéndose luego por el continente europeo.
Es en esta primera etapa y, particularmente, en los países del viejo continente cuyo desarrollo tecnológico, científico y económico eran adelantados con respecto a regiones como Asia o América del sur, donde comenzaba a gestarse el modo de vida característico de nuestra presente sociedad. El amplio desarrollo industrial de principios del siglo y la gran demanda de mano de obra en las distintas fábricas (textiles, siderúrgicas, metalúrgicas…) permite que se geste una nueva clase obrera, mucho más especializada que las que se comenzaban a gestar en el siglo XIX [6]. Esto contribuye a la migración del campo a los centros urbanos, lo que a su vez desencadena en la consolidación de las sociedades de masas centralizadas en espacios densos (las ciudades). Además, a niveles más individuales, la vida cotidiana de los ciudadanos pertenecientes a las clases obreras adquiere un carácter que Juan Francisco Fuentes y Emilio La Parra López (historiadores) describen de la siguiente manera:

"El ritmo de vida de las masas urbanas, marcado por la asistencia al trabajo, la pausa en la taberna o el café, los períodos de enfermedad o paro y la tensión permanente en la calle, sobre todo durante los frecuentes períodos de huelgas o de manifestaciones reivindicativas, exigía una cultura distinta a la tradicional […]. Así nació una cultura nueva, propia de las masas urbanas, que fue ante todo una cultura de consumo, muy poco creativa, destinada a gozar sin esfuerzo del escaso tiempo de ocio."
Aun así, la sociedad y el mundo no estaba ni cerca de ser lo que hoy es. Pero sin dudas, este contexto, seguido luego por los abruptos cambios que la posguerra de la Segunda Guerra Mundial acarrearía, es el que foguea la naturaleza de la actual globalización. Cabe destacar que, si bien en un comienzo países como los latinoamericanos (Argentina, Uruguay, Brasil…) aún no poseían estas características ya que principalmente eran proveedores de materia prima para los países mas industrializados, no tardarían en llegar las inversiones extranjeras que acelerarían este proceso de urbanización.
En resumidas cuentas, el comercio mundial, si bien venía creciendo a principios del siglo XX, paulatinamente comenzó a caer como consecuencia de los modelos proteccionistas que las potencias fueron adoptando en los estallidos de la Gran Guerra (1914-1918) y de la Segunda Guerra Mundial (1938-1945), hasta que comienza a repuntar nuevamente comienza a crecer de forma gradual una vez acabada esta última. ¿Y por qué hablamos de caída del comercio mundial? Pues, el proceso de globalización crecía a la par que los estados liberalizaban su comercio exterior, generando relaciones a través del consumo que la población podría llegar a realizar de productos importados, favorecido por la ya mencionada creciente clase obrera que se creaba esa posibilidad de consumir.





[1] CONICET. Instituto del Servicio Exterior de la Nación en 1998.
[2] Russell Roberto (1994). “La globalización: situación y proceso”, Ciclos; Año VIII, Vol. VIII, número especial 14-15, pp. 41.
[3] ¿Apertura o decepción? Guttal, Shalmali, “globalización” en el desarrollo en la práctica, vol 17 n.º 4/5, agosto de 2007, págs. 523-531.
[4] Russell Roberto (1994). “La globalización: situación y proceso”, Ciclos; Año VIII, Vol. VIII, número especial 14-15, pp. 43-44.
[5] Jordi Catalan (2007). “El siglo europeo de Ford y los límites del fordismo”, Revista de Historia Industrial, Año XVI, N.º 33, pp.172.
[6] Fuentes J. F., La Parra López E. (2001). Historia universal del Siglo XX: De la Primera Guerra Mundial al ataque a las Torres Gemelas. En línea: www.lectulandia.com



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