¿Somos dentro de lo que existimos?
Y si el hombre [...], está dentro de sí mismo, dentro de la familia,
dentro de la nacionalidad, dentro de la raza, dentro de la especie y dentro de
la naturaleza, es decir: dentro de su autonomía, dentro del hogar, dentro de la
patria, dentro de la historia, dentro de la humanidad y dentro del todo, la
educación, entonces, debe tener por objeto el espléndido desenvolvimiento del
yo, en el centro mismo de esta serie de curvas reentrantes, luminosas y
concéntricas...
Pedro Bonifacio Palacios "Almafuerte", "La Gran misión" (1893),
pp.358, en Almafuerte: obras completas (1997), Editorial Claridad, Bs. As.,
Argentina.
Almafuerte fue un escritor y un pensador argentino algo ambiguo en algunos sentidos. Pero que amaba a la patria, cómo la mayoría de los hombres de su época, es casi innegable. Pero así como amaba la patria, amaba la cultura, y sus pensamientos son influenciados notoriamente por las corrientes filosóficas en su mayoría europeas de aquel entonces (finales del siglo XIX, principios del XX).
Pero esta cita en particular que traigo a cuenta, es muy interesante. Piensa al hombre, al hombre como un individuo inmerso en distintos campos "genéricos" podríamos decir. Un hombre clasificado dentro de clasificaciones aún más amplias, "dentro de sí mismo, dentro de la familia, dentro de la nacionalidad"... ¿Qué somos entonces? o, más bien, ¿cómo somos?
Como personas, tanto el hombre como la mujer, en primera instancia somos lo que se podría decir "nosotros mismos". Pero somos "nosotros mismos" (y de acuerdo a la idea citada) dentro de un conjunto, eso es hoy incuestionable. La familia es considerada para la sociología la unidad social y la institución celular base de las diferentes formas de sociabilización y de organización social. El "niño" tendría allí sus primeros aprendizajes, sus primeras vivencias y sus primeras concepciones del mundo. Pero es innegable que a su vez, la familia como institución, está dentro de algo más grande. La "nacionalidad" o la "patria" es ese algo superior constituido por las distintas instituciones familiares, pero a la vez la que impone las "reglas" o los parámetros de comportamiento que estas deben acatar. Almafuerte señala, luego, "la raza". No es extraño que mencione aquello pues, en esta época aún era de pensarse que los mismos humanos estaban subdivididos en razas (los "amarillos", los "negros" y los "blancos".). Por último, la raza en la especie y la especie dentro de la naturaleza.
El hombre como individuo, su concepción del mundo (cómo entiende lo que le rodea), su propia identidad y, luego, sus conocimientos culturales y demás, estaría sujeto entonces a toda una serie de articulaciones mayores que le dan sentido, que lo moldean. Pero nunca pierde su autonomía (aunque esta se maneja siempre dentro de estos parámetros).
De aquí pueden surgir preguntas interesantes cómo: ¿El sujeto moldea a la familia o la familia moldea al sujeto?, ¿la "nación" moldea a la familia o por su parte las familias moldean a la "nación"?, ¿es solo una cuestión unidireccional, o hay un ida y vuelta?
La cuestión de si la persona es porque existe, o por el contrario existe porque es es arduo delicada. Me refiero a que es difícil arguir con simpleza si, en realidad, una persona se identifica como una persona porque está dentro de un mundo estructurado de manera tal que se la considera una persona o si, por otro lado, una persona está en ese mundo porque en defecto es una persona.
Lo cierto es que estas clasificaciones permiten hacernos entender o, aunque sea, permiten darnos pequeñas referencias para entender y entendernos. Por otro lado, con respecto al tópico de la educación que toca Almafuerte en la cita redactada al comienzo de este blog, lamentamos que la educación hoy esté aún, a grandes rasgos, lejos de la idea de Almafuerte, aunque sin lugar a dudas ha mejorado en comparación de cómo era en aquellos tiempos. Pero, ¿cómo lograr este desenvolvimiento del "yo" sin entrar en conflicto, muchas veces, con los distintos niveles de clasificación?
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