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¿Ayudarte?, mucho problema.

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  Justo frente al Ministerio de Comercio e Industria había gente que agonizaba, gente tumbada que echaba espuma por la boca. La mitad de la calle se había convertido en un verdadero infierno, pero en la otra mitad la gente seguía con su vida cotidiana […]. Nadie se acercó a echar una mano. Era como si estuviésemos en otro mundo. No se detuvo una sola persona.   Cuando uno vive se encuentra, en ocasiones, en situaciones inesperadas. ¡Ja!, bueno, más o menos inesperadas. Estoy hablando de esos momentos quizás excepcionales en la vida en los que uno espera reaccionar de forma espectacular. De esos instantes que te comprometen y en los que hay que tomar decisiones rápidas y certeras para salir airoso, de los que entonces uno, en sus ratos de ocio (como cuando estas cagando, o como cuando estás esperando el colectivo después del cine), especula. Y sí, me refiero a situaciones del estilo de: que te asalten en la calle o que veas tipos que se meten a tu casa; estar en un accidente au...

Recordar el pasado y registrar el pasado. Reflexiones sobre la construcción o reconstrucción de la historia.

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                   El día de ayer, 6 de enero de 2024, viajamos junto a mi hermano y mi mamá hacia la ciudad de Luján con la intención de visitar un castillo conocido con el nombre de “Castillo Naveira”. En resumidas cuentas, nuestra intención se frustró porque había un barrio privado montado a los alrededores del castillo, y la seguridad del barrio en cuestión declaró que aquella edificación que cumple más o menos dos siglos de antigüedad ya no abría sus puertas al público. Pero ya que habíamos hecho el paseo hasta Luján, decidimos entonces visitar la renombrada Basílica, una construcción que constituye un símbolo de la religión católica en la provincia de Buenos Aires.             Pero como este texto no va del pasado del siglo XIX, sino de mi propio pasado o el pasado que yo pude pasar, no voy a seguir dando detalles de la basílica, no porque no sea un ...

Desprecio de sí

  La ironía de despreciarse a sí mismo.      Dice Nietzsche, en Más allá del bien y del mal , en una de sus "Sentencias e interludios", que "quien a sí mismo se desprecia continua apreciándose, sin embargo, a sí mismo como despreciador". ¿Cuál es el sentido de este enunciado tan enigmático en apariencia? En apariencia, digo, porque es lo primero que uno obtiene del enunciado antes de masticarlo, antes de darle vueltas, y de jugar con la definición de cada uno de sus términos. Ese desprecio de sí del que habla el autor, ¿cómo se manifiesta? O acaso, cuál es la definición de este decir "desprecio". En todo caso, la pelota queda de nuestro lado, y con las herramientas que tengamos a disposición es que podremos darle sentido a la frase. Yo acá voy a intentar asomar una interpretación propia, de manera que desde ya no vale para todos igual, aunque, obviamente, intentaré establecer esta interpretación de la manera más objetiva posible, haciendo uso de definicion...

El valor de la vida en las personas de ciudad.

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  ¿Qué hacemos con nuestra vida y con la de los otros?      En un texto incluido en la compilación de El espectador, el español Ortega y Gasset escribe unas líneas comunicando algunas reflexiones sobre el espíritu de lo que él denomina "hombre moderno", pienso yo, ese bicho de ciudad, que piensa que el agua emana de la canilla o, en última instancia, de una planta de aguas sanitarizadas; ese bicho que piensa que "la comida" (el pan, la lechuga, el tomate, la pechuga de pollo...) está y estará siempre dispuesta en el supermercado, o en la carnicería, o en la panadería, que solo basta disponer de dinero para adquirir esos bienes; ese bicho, en fin, que piensa que solo las rutas, veredas, pavimentaciones, etc., están hechas para transitar. Es decir, que evita pisar el pasto de las plazas y camina por el pavimento que conduce el tránsito, como si el bicho fuese un robot con sensores para identificar solamente algunas superficies.     En ese texto, podemos leer...

Sentir y comunicar.

¿Para qué jugamos? Esa es una pregunta que el jugador no se hace. Esa es una pregunta cuya respuesta esta comprendida por quien no se la hace. Aquél que se la hace, quiere que se explicite la respuesta. Pero esta es una respuesta que no puede ser dada, al modo como son dados los objetos, los nombres o las mercancías. Esta es una respuesta que ha de ser vivida , experienciada . Si yo tuviese que explicarte lo que se siente meter un gol; si yo pudiera contarte lo frustrante que es perder en la defensa; si pudiera decirte que cuando lanzo un tiro libre en momentos decisivos, la pelota me pesa 20 kg más de lo habitual; si tuviese que describir la sensación de un compañero haciendo un gol y falta, de cómo el pecho se me infla y un calor me recorre el cuerpo… Si yo tuviese que explicar la vida, me faltarían las palabras. Porque la vida no está hecha de palabras. La vida, tampoco está hecha de hechos. La vida en primera persona esta hecha de experiencias, de sensaciones, de roces, de olo...

La medicalización en psiquiatría y la noción de rostro y su negación en Lévinas.

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  INTRODUCCIÓN. El presente escrito aborda como temática el fenómeno de la medicalización en psiquiatría y su relación con la noción de rostro y su negación en la filosofía de Emmanuel Lévinas ¿Es el fenómeno de la medicalización en psiquiatría un caso de negación del rostro? La interrogante se vincula con la pregunta por el tipo de relación que un médico psiquiatra (incluso un médico en general) tiene con su paciente, desde los supuestos que subyacen al fenómeno en cuestión. Para el problema de la medicalización en psiquiatría, haremos un recorrido por diferentes textos y autores que abordan la cuestión desde distintos enfoques, algunos desde una filosofía crítica, otros desde una perspectiva sociológica y otros desde la misma psiquiatría. Por otro lado, para la idea del rostro y su negación, tomaremos en cuenta la tercera sección del libro Totalidad e infinito. Ensayo sobre la exterioridad y el texto “¿Es fundamental la ontología?”, ambos de Emmanuel Lévinas. En e...

Pensamientos

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      PRÓLOGO.      "Pensamientos" no es sólo un título, como aquel que se utilizó para nombrar el conjunto de notas y escritos que del agudo matemático Blas Pascal se publicaron después de su muerte.  "Pensamientos" es una palabra, desde el punto de vista de la gramática o del linguísta. Pero desde un punto de vista un poco más "antropológico", si se quiere, la palabra "pensamientos" es un símbolo. Una palabra, sí, pero cuyo significado está dado no solo gracias a sí misma, sino gracias a un sistema de signos, de otras palabras, con sentidos más o menos definidos y que nacen o se usan en situaciones símiles o disímiles.     ¿Por qué digo esto?, porque, ¿qué significa pensar? ¿Qué es un "pensamiento"? ¿Nos imaginamos con esta palabrita algo así como una idea contenida en una mente? ¿Nos imaginamos, acaso, una proposición con una forma lógica que le corresponde para que sea posible? ¿Acaso se trata del producto de un proceso de deducció...